¿Cuáles son las actividades preferidas de un bebé? Comer, dormir y llorar, se podría decir. Sin embargo, hasta los bebés más pequeñitos juegan y se divierten jugando. No obstante, en su caso, no se trata de juegos en la acepción común del término. Desde los primeros días, el niño descubre casualmente que algunas de sus acciones provocan reacciones agradables. Así, tiende a repetirlas cada vez más con el fin de experimentar de nuevo la sensación que le ha provocado la satisfacción. Por ejemplo, al emitir vocalizaciones, descubre el sonido de su propia voz. Lleno de curiosidad, sigue produciendo los mismos sonidos, por el gusto de escucharlos.
O bien, si agita una manita, capta su movimiento dentro de su campo visual. No es consciente de que esa “cosa” forma parte de su cuerpo, pero repite el gesto para observar su movimiento. Incluso cuando golpea un sonajero accidentalmente, tiende a volver a tocarlo para volver a oír su sonido.
Por tanto, los primeros juegos del bebé constituyen observaciones de sus propios sentidos y de su cuerpo, así como interacciones con el mundo exterior, con la ayuda de la mamá y el papá. Los papás pueden estimular al pequeño proponiéndole experiencias sensoriales divertidas o interesantes, como mover un objeto de colores delante de sus ojos, agitar un sonajero, hacer que juegue con las manos de los papás tocar y masajear sus manitas, sus pies y su cuerpo.
En los primeros meses, el niño pasa durmiendo gran parte del día. En los breves intervalos de vigilia, ¿es mejor jugar con él para evitar que se aburra o bien dejarle solo y tranquilo para que descubra el ambiente que le rodea? El equilibrio está en el término medio. Es bueno que los papás tomen la iniciativa de proponerle juegos para enseñarle a aprovechar los momentos de vigilia quizás, mientras le cambian el pañal. Pero si el pequeño está despierto, no llora y está entretenido en un juego en solitario, conviene dejarle libertad para que explore por su cuenta.
Hoy en día, en el mercado, se puede encontrar una amplia gama de juguetes sonoros y carillones con luces y música. Los más pequeños pueden jugar con un sonajero o escuchar la música del móvil de la cuna con su mamá. Necesitan contacto humano, la presencia de sus papás, para aprender a relacionarse con los demás.
O bien, si agita una manita, capta su movimiento dentro de su campo visual. No es consciente de que esa “cosa” forma parte de su cuerpo, pero repite el gesto para observar su movimiento. Incluso cuando golpea un sonajero accidentalmente, tiende a volver a tocarlo para volver a oír su sonido.
Por tanto, los primeros juegos del bebé constituyen observaciones de sus propios sentidos y de su cuerpo, así como interacciones con el mundo exterior, con la ayuda de la mamá y el papá. Los papás pueden estimular al pequeño proponiéndole experiencias sensoriales divertidas o interesantes, como mover un objeto de colores delante de sus ojos, agitar un sonajero, hacer que juegue con las manos de los papás tocar y masajear sus manitas, sus pies y su cuerpo.
En los primeros meses, el niño pasa durmiendo gran parte del día. En los breves intervalos de vigilia, ¿es mejor jugar con él para evitar que se aburra o bien dejarle solo y tranquilo para que descubra el ambiente que le rodea? El equilibrio está en el término medio. Es bueno que los papás tomen la iniciativa de proponerle juegos para enseñarle a aprovechar los momentos de vigilia quizás, mientras le cambian el pañal. Pero si el pequeño está despierto, no llora y está entretenido en un juego en solitario, conviene dejarle libertad para que explore por su cuenta.
Hoy en día, en el mercado, se puede encontrar una amplia gama de juguetes sonoros y carillones con luces y música. Los más pequeños pueden jugar con un sonajero o escuchar la música del móvil de la cuna con su mamá. Necesitan contacto humano, la presencia de sus papás, para aprender a relacionarse con los demás.
Fuente texto revista Mi bebé y yo.