En Pequeño Planeta os vamos a dejar unos consejos para que disfrutéis al máximo de este momento:
Antes del baño prepara todo lo necesario. No podemos dejar al peque solo ni un segundo, por lo que es obligatorio tenerlo todo a mano para no tener que salir del baño o de la habitación donde vayamos a bañar al bebé.
La temperatura de la habitación adecuada para el baño tiene que estar alrededor de los 24 grados cuando hace frío para que el bebé no se enfríe. Sobre la temperatura del agua es aconsejable que ronde entre los 34-37 grados; podemos tomarla con un termómetro o con nuestra mano.
Después del baño es mejor vestir al bebé en la misma habitación donde lo hemos bañado porque la temperatura es caldeada, por lo que también tendremos que tener preparado la toalla o capa para tapar y secar al pequeño al alcance de la mano junto con el pañal y la crema protectora para el culete.
Respecto a la hora del baño, es indiferente si es por la mañana, por la tarde o por la noche. La práctica habitual es bañar al bebé por la noche, antes de darle el pecho o el biberón; además muchos padres disfrutan bañando a sus pequeños y la noche el único momento del día en el que pueden dedicarle más tiempo.
También es importante saber el carácter de nuestro bebé para elegir el momento adecuado. Si el carácter es “fácil” significa que se adapta bien a los cambios y que cualquiera hora le irá bien para el baño, de lo contrario, si tiene un carácter “difícil” tendrás que elegir la hora que mejor le viene y no modificar casi nunca sus rutinas. Lo ideal es que bañéis al bebé siempre a la misma hora para que poco a poco se vaya acostumbrando a la rutina.