¿Tendrá hambre?

El llanto por hambre está motivado por una necesidad vital, por lo que es sostenido, fuerte e intenso. Puede empezar de forma muy débil, o bien de repente. Pero, poco después, el pequeño acaba llorando a gritos. Asimismo, suele tener los ojos cerrados y sin lágrimas, así como los puños cerrados sobre el pecho, abriendo y cerrando los brazos. 
 

CÓMO CALMARLE

No hay que ser estricta con los horarios de las tomas. Si realmente llora por hambre, se calmará enseguida, a menos que algún obstáculo, como la nariz tapada o un posible pezón plano, le impidan succionar.

¿Tendrá sueño?
Al principio, es un lamento más que un llanto: el bebé se siente aburrido e inquieto, lloriquea y se retuerce buscando la posición más cómoda. 

CÓMO CALMARLE
Una vez manifestada la necesidad de sueño, algunos niños se quedan dormidos nada más ponerles en la cuna. En cambio, otros se duermen más fácilmente en brazos, para volver a llorar en cuanto dejan de sentir el calor de su mamá. Cantar una nana o acunarle son remedios útiles para consolarle. Para los más difíciles, también funciona salir a dar un paseo en la sillita o en el coche; el movimiento es un potente somnífero para los más pequeñitos.

¿Le duele la barriga?
El llanto por dolor agudo se reconoce porque es un grito fuerte y repentino. Un ejemplo de ello es el del dolor producido por la inyección de vacunas, que, normalmente, se atenúa enseguida. En cambio, en caso de cólicos, el pequeño rompe a llorar, se pone rojo y flexiona las piernas hacia la barriga.

CÓMO CALMARLE
Si el llanto está provocado por un dolor pasajero (por ejemplo, un arañazo), basta con cogerle en brazos, acariciarle y consolarle con la voz. En cambio, si se debe al dolor de los cólicos, para calmarle, se le puede coger en brazos con la barriga hacia abajo, presionando suavemente el abdomen con una mano. 

¿Estará nervioso?
El niño se siente inquieto, irritable, agitado y llora de forma intermitente. En general, se reconoce por exclusión. El bebé no logra dormirse y no se debe al cansancio, sino, probablemente, a la tensión acumulada durante todo el día. Y el llanto es su única manera de descargar esta tensión.

CÓMO CALMARLE
A veces, es suficiente con dejar llorar al bebé durante cinco o diez minutos para que se calme de repente. De todos modos, lo primero que hay que hacer es descartar todos los elementos que podrían causarle malestar. El frío o el calor, así como el pañal sucio, pueden provocar un llanto similar a éste.

 

Fuente revista Mi bebé y yo.

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